Blog de relatos cortos y paranoias varias.

Blog de relatos cortos y ensayos

viernes, 8 de enero de 2016

Vueltas de tornillo

Aquella primera tarde en la casona me sentí un nómada en mi propia vida.

Era una casa de indianos, antigua, en un pueblo remoto entre las montañas. Me había recluido allí para escribir mi próxima novela. Solo traje conmigo algo de ropa y el portátil. Todo lo demás era alquilado.

Esa tarde de noviembre languidecía entre las brumas y mi desconcierto. Sonó un timbrazo. Parada ante mi puerta se hallaba una chica atractiva que vendía una colección de clásicos de terror. No fue difícil convencerme, pues creí que poseer aquellos libros paliaría la desazón que me provocaba aquel lugar ajeno. Tras dejar una caja de cartón precintada, marchó. Entonces, reparé en lo ilógico que resultaba un vendedor en aquel paraje aislado. Salí a buscarla, pero en la calle solo había sombras amenazantes. Era imposible desaparecer tan rápido.

Tomé un volumen: Vueltas de Tornillo por Leandro Sabignoso. Ese es mi nombre. Se suponía que era el autor de una novela que nunca escribí. Tomé otro y otro más. Todos ejemplares idénticos. El libro temblaba en mi mano. La primera frase decía:

Aquella primera tarde en la casona me sentí un nómada en mi propia vida.


domingo, 12 de abril de 2015

Tarjeta Cielo Plus - La mejor tarjeta de puntos tanto para el cielo como la tierra.

Ya ve usted, todo ha sido una equivocación. ¿No habría forma de regresar?- preguntó al ángel que se sentaba tras la ventanilla de ingresos.

-Señor, mucho me temo que no ha acumulado suficientes puntos benditos en su tarjeta Cielo Plus para canjear por un milagro de resurrección. Solo le alcanza para una breve aparición como espíritu. Por favor, rellene el formulario de obras piadosas y aguarde en el purgatorio de clase "creyente no practicante". En cinco minutos se proyectará el curso de iniciación para los recién muertos. Y no olvide coger número para el Día del Juicio Final. Que pase el siguiente.

lunes, 10 de noviembre de 2014

El sueño de Casandra

Sandra despertaba. Poco a poco iba recobrando la percepción sobre el entorno. Descubrió el roce de la sabana con la piel, el aroma húmedo y fresco del amanecer, también el resplandor filtrado por los ojos de la persiana, y a lo lejos, distinguió el murmullo del tráfico. El extraño sueño que su subconsciente había tejido se deshacía agobiado por la realidad cotidiana. De súbito, la placentera sensación de somnolencia se desvaneció, y fue sustituida por una idea siniestra: la absoluta certeza de que el sueño iba a suceder aquel mismo día. Intentó retenerlo en su pensamiento; pero era como coger agua con las manos abiertas. Sintió con angustia como los detalles escapaban entre los dedos.

Sandra corre por el andén de una estación de metro, se dirige hacía un hombre parado cerca del borde de la plataforma. Se siente pletórica. El tren asoma por el túnel a gran velocidad. Sandra llega hasta el desconocido, que continua de espaldas a ella, y lo empuja a la vía con el absoluto convencimiento de que lo qué hace es lo correcto. El tren arrolla al hombre. Lo despedaza. Asesinarlo hace que Sandra rebose de felicidad.

Durante el desayuno buscó información en Internet acerca de ese tipo de premoniciones. El Síndrome de Casandra es un concepto ficticio que se aplica a quien se cree capaz de ver el futuro y no puede alterarlo. Lo que ella experimentaba no tenía nada de ficticio. A pesar de que siempre había sido una persona de profundas convicciones racionales, estaba convencida de que ese sueño le había revelado una verdad incontestable. No tenía sentido alguno, pero creía, con seguridad, que debía matar a ese tipo. Se preguntó si quizás estaba padeciendo una paranoia. La psicosis consiste en creer que algo es real cuando no lo es, ¿era un delirio?, ¿cuestionarse si había enloquecido era síntoma de que estaba cuerda? Trató de no pensar en ello. Solo había sido un sueño más raro de lo normal, sin más. Su exnovio lo hubiera definido satíricamente como un fallo en Matrix. Ella no era de ningún modo una adivina, aunque… quizás fuera mejor tomar precauciones. Podría llamar al trabajo y avisar que no podía acudir porque estaba enferma. Si se quedaba en casa sería imposible que el augurio se cumpliera. Esa obsesión le parecía una soberana tontería, pero no podía dejar de pensar en ello, el sueño había sido extremadamente tangible. Ni siquiera conocía a aquel hombre, no lo había visto jamás, de eso estaba segura. Se esforzó en evocar su rostro. Nada. Sus facciones no habían cruzado la frontera entre el sueño y la vigilia. El móvil vibró, su jefe acababa de programar una reunión de dirección para las nueve y media. No podía faltar al trabajo.

El ajetreo de tráfico y personas la reconfortó; aun con todo, el mundo seguía trajinando con normalidad. Al ver un taxi libre esperando en el semáforo, se le ocurrió cogerlo. De ese modo evitaría el metro. Pero también suponía aceptar que un estúpido presagio mediatizaba su comportamiento. Decidió no dejarse llevar por bobas elucubraciones. Ella no actuaba de aquel modo, así que apretó el paso camino de la boca de metro. Un único tramo de escaleras mecánicas conducía hasta los andenes, era largo y pronunciado. Lo entendió como una especie de descenso a los infiernos, ¿Dante Alighieri?, estaba demasiado angustiada para que la ocurrencia le hiciera gracia. Que un augurio tan inverosímil la conmoviera de tal modo acentuaba aún más su desazón. A pesar de que todas las mañanas las escaleras mecánicas la transportaban hacía las profundidades del metro, tuvo la desconcertante sensación de que se internaba en un lugar desconocido. Una alimaña alojada en sus tripas le arañó las paredes del estómago. A diferencia del sueño, el andén estaba atestado. No se atrevió a levantar la mirada temiendo reconocer entre la multitud a su posible víctima. La pantalla anunciaba dos minutos hasta la llegada del tren, una eternidad. Se esforzó en recordar cuándo sucedía todo, si antes de subir al vagón o después, en la estación de destino. No lo recordaba. El continuo rio de personas que confluía en el andén provocaba que una multitud se agolpara a la espera del convoy. Alguien la empujó y su corazón dio un vuelco. No era nadie. Por el momento todo transcurría con total normalidad. Subió al vagón. Primera fase superada, se dijo. Sandra se volvió hacia los cristales tratando de no cruzar la mirada con los otros pasajeros. Las paradas se sucedían y la gente entraba y salía del vagón. Inopinadamente movió la cabeza lo suficiente para vislumbrar el reflejo de un tipo moreno con la cara alargada, le resultó extrañamente familiar, pero no era él. Al llegar a la estación de destino, salió del vagón arrastrada por una manada de personas, y zigzagueó por los pasillos con la mirada clavada en el suelo; hubiera podido recorrer ese camino con los ojos cerrados. Salió al exterior, el cielo lucía con un azul profundo y lejano, y Sandra respiró aliviada.

Las preocupaciones cotidianas de la oficina disolvieron el vaticinio hasta convertirlo en un vago y alocado recuerdo. Después de finalizar el trabajo, cuando se dirigía hacía el metro para retornar a su casa, consintió reírse de sí misma por haber dado pábulo a algo tan inverosímil. El viaje de vuelta fue tranquilo. Por las tardes, no hay tantos viajeros y estos están más relajados, sin prisas. La realidad en aquel vagón de metro se le apareció cotidiana y monótona. Siete paradas más tarde, llegó a su estación y enfiló la empinada escalera mecánica. El malestar regresó inesperadamente. Trató de espantarlo afirmando para sí que las profecías auto-cumplidas solo son artificios novelescos, y que en la vida real, donde la gente viaja en metro para ir a trabajar, esas tramas nunca suceden. Mientras ascendía del submundo metropolitano, detenida en la cinta, miraba sin prestar atención las pantallas de publicidad que se sucedían a lo largo de la pared. Fue entonces cuando frente a ella se encarnó el hombre al que había asesinado en sueños. Descendía por la otra escalera. Sintió como sus pulmones se comprimieron dolorosamente. El mundo a su alrededor se derretía y arrugaba como plástico en combustión. Todo desapareció excepto ellos. Quedaron suspendidos en el vacío. Sandra lo contempló aterrorizada, en cambio él parecía por completo ajeno a su presencia. La piel del desconocido palpitaba como agua hirviente, se curvaba y estiraba de tal modo que parecía moldeada con plastilina. Estaba en plena metamorfosis. El mentón se le había alargado hasta alcanzar una proporción antinatural, apareció una doble fila de dientes y una lengua bífida, de las alargadas orejas que colgaban hasta los hombros se engarzaban unos enormes aros, sus ojos cavernosos tenían el iris amarillo y la esclerótica inyectada en sangre, en cada lado de la frente emergían unas protuberancias de hueso macizo, y por el cuello le asomaba el tatuaje de un árbol muerto con las ramas retorcidas que cubría parte de la cara. El escenario suburbano se materializó de nuevo en torno a ellos, estaban a punto de cruzarse, con tan solo estirar el brazo hubiera podido tocarle. Se percató entonces que solo ella era capaz de entrever su verdadero aspecto, nadie más podía percibir su demoniaca Sandra penetró en los cristalinos del demonio y se sumergió en sus pensamientos más recónditos, visitando sus mismísimas entrañas. Lo que allí averiguó fue espantoso. Ese ser tenía planeado cometer una serie de crímenes que provocarían la muerte de miles de personas. Estaba desolada. Recuerdos deslavazados de otras vidas acudieron a su mente. Comprendió por qué debía matarlo, todo formaba parte de la eterna lucha que batallaba contra él. ¿Cuantas veces lo había matado? Sandra aceptó su destino. No podía oponerse. Se desembarazó del ensimismamiento y con renovados bríos emprendió la persecución.

Aún se encontraba por la mitad de la larga cinta de ascenso. Trató de bajar corriendo contra corriente. Era inútil. Tropezaba continuamente con otros viajeros, y a pesar de invertir un gran esfuerzo apenas avanzaba unos escasos metros. Su enemigo estaba a punto de alcanzar el final de la escalera. Marchar hacia arriba y luego volver a bajar le haría perder demasiado tiempo. Golpeó el pulsador de parada de emergencia. La cinta frenó bruscamente y una alarma comenzó a sonar. Sandra bajó atropelladamente la escalera empujando sin miramientos a todo aquel que se le interponía. Él ya había doblado la esquina del corredor sin prestar atención a lo que sucedía tras él. Sandra siempre había procurado que su comportamiento se guiara escrupulosamente por las normas de lo aceptable, entonces ¿cómo era posible que estuviera persiguiendo a un desconocido por los pasillos del metro con la intención de empujarlo a las vías? Alcanzó el final de las escaleras y corrió hacia los pasadizos. No lo veía. En su sueño, Sandra marchaba con seguridad y precisión, en cambio, en la realidad, se movía alocadamente y con torpeza, rebotando de persona en persona mientras recibía miradas desdeñosas. Pero, ¿y si se equivocaba?, ¿y si todo aquello era un acceso de locura e iba a ejecutar a un tipo anónimo que había tenido la mala fortuna de cruzarse con ella en el momento inoportuno? Alcanzó la bifurcación que separaba los dos andenes de la línea, no sabía qué dirección tomar, se estaba quedando sin tiempo. Percibió un intenso y desagradable olor de huevos podridos que provenía de uno de los corredores. Tomó esa dirección.


Sandra llega al andén, no hay mucha gente, aun así no lo distingue, pero presiente que está allí. En su sueño ella disfrutaba de una agradable sensación, la realidad es otra vez muy distinta, la urgencia la atormenta, el tiempo se agota. Oye el rumor del tren aproximándose a la estación. Entonces, lo ve, su postura es tal y como había presagiado en el sueño, está al borde de la plataforma y de espaldas a ella. Es el momento. El tren entra en la estación ruidosamente. Toma impulso y se abalanza sobre él con los brazos extendidos, está muy cerca, ese demonio va a morir despezado, y ella… ella salvará a cientos de inocentes, solo unos metros más, está hecho, es su fin. En el último momento él se vuelve, la mira con una sonrisa irónica y esquiva su empujón fácilmente. Sandra tropieza y cae al suelo. La ha descubierto, el augurio jamás se cumplirá. Presiente que el demonio ha estado jugando con ella todo el tiempo. Simplemente por el mero placer de divertirse. Unos brazos apresan a Sandra como una pinza, alguien la sujeta para evitar que lleve a cabo una nueva intentona. Grita de rabia, debe morir, está llorando, ¿no os dais cuenta que es el demonio?, patalea histérica, ¡es un monstruo!, la gente murmura que es una loca, ¿es que no podéis reconocerle?, él la mira con soberbia y desprecio, no sabéis lo que hacéis, el hombre entra en el vagón, ¡debo matarlo!, y se pierde en la ciudad para siempre. Sandra, inmovilizada en el suelo, observa como el tren se adentra en el túnel mientras desea que todo haya sido un delirio, que él solo sea un urbanita anónimo, que el futuro no esté escrito y que ella no sea Casandra.

sábado, 21 de abril de 2012

The Monroe Doctrine (1823) A portion of President James Monroe's seventh annual message to Congress, December 2, 1823


The Monroe Doctrine originally was a portion of President James Monroe´s seventh annual message to Congress on December 2nd, 1823. Subsequently, this document was considered an essential part of the US foreign policy in the 19th and part of 20th century. Fundamentally the paper contains the idea of no interference in American affairs by European states “…that the American continents, by the free and independent condition which they have assumed and maintain, are henceforth not to be considered as subjects for future colonization by any European powers…”. This message steered relevant parts of the U.S. policy, such as politics, economic and cultural, under the principle of isolation of the American continent regarding Europe. 
  
In order to understand the motivations that inspire the Monroe Doctrine, an analysis of the European historical context is required. In this period, after the Napoleonic Wars, European powers, except United Kingdom, were likely to promote a political and social involution to restore the Ancient Regime; The Holly Alliance, a coalition formed by Russia, Austria and Prussia, was created in 1815 with this purpose. One of its main initiatives was to help Spain in the recovery of its American colonies, which seriously damaged English commerce. Indeed, President Monroe made a specific reference to the military occupation of Spain by the Hundred Thousand Sons of Saint Louis: “The late events in Spain and Portugal show that Europe is still unsettle.” This occupation finally ended up with the Trienio Liberal and gave back absolute power to Ferdinand VII.  At the same time, Russia was increasing his commercial activity in Alaska and Oregon what was viewed with quite a lot of concern by US.

England, in order to increase its influence in the American continent, offered to issue a joint declaration with the US against European intervention in America. However, the US rejected the English offer because they didn´t want to accept an agreement clause where both countries agreed not to acquire further territories in the American country, because the US had some clear expansionism aims. Having dismissed the agreement with England, President Monroe presented, in his annual speech, the main principle that guided the foreign policy of the US. America to the Americans was the maxim that sum-up the axis of the Doctrine.

Until then, the US had avoided being involved in European conflicts “In the wars of the European powers in matters relating to themselves we have never taken any part…”, but thereafter US warned that even they would be willing to go to war if European countries interfered in the continent “It is only when our rights are invaded or seriously menaced that we resent injuries or make preparation for our defense.”
But overall, the main purpose enclosed in the Monroe Doctrine was the pretension to enlarge its influence over the continent, either directly, by annexing territories, or indirectly, by expanding his commerce. However, Monroe's statement was frequently ignored as a policy guide for much of the nineteenth century, because the US was mainly involved in domestic affairs, like Civil War, and his its military power wasn´t enough to play a main role in international matters. It was not until the end of that century, when the US consolidated its status of great world power, when the Monroe Doctrine became the cornerstone of U.S. foreign policy.

The Texas annexation in 1845 was the first direct application of the Monroe doctrine. President Polk reinterpreted the Monroe Doctrine in terms of the prevailing spirit of the Manifest Destiny. This belief consisted in the idea that US was destined to expand across the continent, which served to justify the war with Mexico. Initially, Monroe intended that America was no longer a European colony; instead Polk stated that European powers must not interfere in the US´s territorial expansion. As an example of this new interpretation, it can be highlighted that the US position was completely different in the case of the Anglo-French blockade of the Río de la Plata and other interventions such as the occupation of the Falklands by UK (1833) or French invasion of Veracruz (1838). The US president considered differently those interventions that affected directly the vital interests of US from the others that were far from its territory, even when the American countries requested assistance from the US.

The outbreak of the American Civil War prevented the imposition of the Monroe doctrine therefore, no opposition came from US when French forces invaded and conquered Mexico in 1862, except a complaint of the violation of The Doctrine. A remarkable feature of this complaint was that for the first time, Monroe Doctrine was widely referred to as a Doctrine. When the civil war finally finished, U.S. sent troops to the Mexican border in order to put pressure on the French colonialist government, which was eventually defeated by the Mexican troops.

After the Civil War, the years of industrial growth started in United States and, thus the sphere of influence also grew to include the Caribean and Central America. In 1889, Rutherford Hayes set down a policy that a canal in Central America could only be under American control so this thesis laid the foundation for the takeover of the Panama Canal. In this period the capitalist theories led the entrepreneurs and the companies extended beyond the US borders and finally became an imperialist policy. The European menace had been left behind in the same way initial principles that guided the Monroe´s doctrine. 

Another remarkable event was the Spanish-American War in 1898, once more the Monroe Doctrine was argued for the forceful removal of the Spanish from Cuba. After the war, Spain ceded Puerto Rico, the Philippines, Guam, and Cuba to the United States.

In 1904, Theodore Roosevelt stated what is known as The Roosevelt Corollary in an amendment to the Monroe Doctrine. Basically, the corollary asserted that “the United States has the right, under the doctrine, to go in in order to exercise police power to keep the Europeans out”. Indeed The Roosevelt Corollary meant US had a carte blanche to intervene wherever they want in the Caribbean, Central America and South America. 

From 1920s to post-world war II, the Monroe´s Doctrine was imposed with moderation and with a pan-Americanism view, but due to the fear of Communism that spread in the 1950s, US initiated unilateral actions against countries in which socialist ideas had become popular such as Guatemala (1954), Cuba (Bay of Pigs invasion in 1961), Dominican Republic (1965), Chile (Salvador Allende´s overthrown in 1973) Nicaragua (1980) and Granada (1983). During these interventions, US used to support military governments that frequently committed violation of human rights.

In conclusion, the Monroe´s doctrine enshrined the isolationism concept that has been so prevalent in the US policy from his creation. During the last two centuries, Doctrine´s Monroe has been interpreted and, has also guided the US´s foreign policy in different ways: firstly, to protect the recent American nations against of the conservative Santa Alliance, after that to justify US´s territorial expansion in the early XX century to protect his economic interest in the continent and finally, during the cold war, to prevent the expansion of Socialist ideas in the American continent. This policy has generated great discomfort and anti-American sentiments across the continent that can be widely felt nowadays.

martes, 17 de enero de 2012

Aureliano, Restitutor Orbis

Aureliano llegó al poder en Roma en uno de los momentos más críticos de la historia del Imperio. En el clímax de la crisis del siglo III, el imperio se encontraba dividido, sacudido por violentas invasiones de los pueblos bárbaros del norte, e inmersa en una crisis social económica que amenzaba por acabar con el Imperio que durante los últimos siglos había dirigido el mediterráneo y sus aledaños.

Pero una serie de emperadores guerreros, con mano férrea y carácter despótico salvó el Imperio, que reformado posteriormente por Diocleciano sobreviviría dos siglos más en su parte occidental y un milenio en la parte oriental.

La persona que sentó las bases para las futuras reformas de Diocleciano fue Aureliano, el “restitur orbis” que con sus brillantes campañas militares logró que todo el Imperio se reunificara bajo un solo Emperador.

Aureliano se marcó los siguientes objetivos: acabar con el movimiento revolucionario de la plebe, derrotar a los bárbaros y eliminar los estados que habían surgido en las fronteras del Imperio. En los cinco años que duró su reinado podemos afirmar que puso en marcha un importante plan de pacificación, siendo denominado por sus contemporáneos el "Restaurador del mundo".

Ensayo completo


lunes, 16 de enero de 2012

Munich Pact

Munich Pact is considered one of the most ignominious chapters of the history of United Kingdom and France. Chamberlain's appeasement policy was a complete breakdown due to it only fed the Hitler´s expansion ambitions and, furthermore, Munich Pact also contributed to lead Europe on the Second World War.

The Munich Pact document is a juridical text because it contains a treaty signed by sovereign states in which they express an agreement under international law. The treaty is the outcome of the meeting hosted in Munich on 29 September 1938 among Germany, Italy, France and United Kingdom. The aim of this meeting was to reach an arrangement on the conflict that faced Germany against Czechoslovakia. The tension basically consisted in the differences between the Sudeten German Party and Prague. The origin of the conflict laid in (apart from Hitler's expansionist obsession) the complex ethnic composition of Czechoslovakia, this country was a manufactured state consisting of many minorities. In Sudetenland, a region bordering Germany and Austria, a significant minority of German population inhabited, so Hitler used self-determination to inflame internal discontent so that Nazi troops could intervene to restore order. In conclusion, the treaty allowed that Germany annexed Czechoslovakia's Sudetenland.

The agreement was finally signed by Adolf Hitler (Führer of Germany), Neville Chamberlain (Prime Minister of the United Kingdom), Benito Mussolini (Prime Minister of Italy) and Édouard Daladier (Prime Minister of France). The final agreement was thought to have been prepared by Mussolini, but actually the so-called Italian plan came from the German Foreign Office, it was quite similar to the Godesberg proposal. It should be noted that no representative of the Czechoslovak government attended the meeting. This text was obviously public due to it was used to obtain international legitimation for the annexation of the Sudetenland.

Specifically the document contains the following directives: Czechoslovak government would be responsible to carry out an evacuation of the Sudetenland before 10th October, “without any existing installations having been destroyed”. Furthermore, an international commission would be created and composed of representatives from Germany, the United Kingdom, France, Italy and Czechoslovakia. Subsequently, 1st October, German troops would occupy the marked territory –the international commission would ascertain the preponderantly German character territories- and, finally, these territories would be “occupied by German troops by the 10th of October”.

Besides of the above-mentioned points the international commission would take over to determine those territories in which a plebiscite would be held and the date of this plebiscite. Apart from that, the international commission would also carry out the delimitation of the frontiers. In conclusion, the Czechoslovak Government was forced to release from their military and police forces any Sudeten Germans who may wish to be released, and besides any Sudeten German prisoners who are serving terms of imprisonment for political offences.

The Czechoslovak government was doomed to accept the agreement due to a rejection would have led to a conflict against Nazis completely alone. Thereby Germany obtained the Sudetenland and de facto control over the rest of Czechoslovakia although Hitler promised to go no further. Poland and Hungary also gained much coveted Czechoslovak territory. During the following months Hitler maintained pushing to the Czechoslovak government to accept the Germany control over the whole country. Finally, March 15 Wehrmacht invaded the country, except Slovakia that was converted in a puppet state of Germany. The conquered area was integrated in the German protectorate of Bohemia-Moravia.

This invasion meant that the Munich Pact ended up being cancelled. After that, Great Britain finally chose to ensure the integrity of the Poland borders so the German attack to Poland on September 1 triggered the World War II.

The Neville Chamberlain´s appeasement policy, used by European democracies in the 1930s, was shown a tragic miscalculation. These policies of avoiding war with Germany allowed Hitler to grow too strong. Peace at any cost induced Hitler to demand gradually more terrains, while giving enough time to have ready his war machine. At the time, these concessions were widely seen as positive, the Munich Pact prompted Chamberlain to announce that he had secured "peace for our time" .

Nevertheless Winston Churchill and Anthony Eden criticized the agreement. Their arguments pointed out that no only had the British government acted shamefully, but it had collaborated to disband the Czech Army, one of the best in Europe, that would had been helped in the upcoming war. Winston Churchill wrote:

«The Soviet Union's undoubted willingness to join the Western Powers and go to all lengths to save Czechoslovakia was ignored. The services of thirty-five Czech divisions against the still unripened German army were cast away, when Britain could only supply two divisions to strengthen the front in France... There was sense in fighting for Czechoslovakia in 1938 when the German army could scarcely put together half a dozen trained divisions on the Western Front, when the French with nearly sixty or seventy divisions could have most certainly have rolled forward across the Rhine or into the Rhur.»

It´s noteworthy that the Non-Intervention Agreement signed in August 1936 was part of this appeasement policy. This agreement sought to avoid the foreign intervention in the Spanish Civil War, with the ultimate aim to avoid extending the conflict beyond the Spanish borders, involving whole Europe. The commitments were systematically missed, chiefly by Germany and Italy.
In conclusion, Munich Pact has been considered the quintessential symbol of the dangers posed by an international policy of compromise with totalitarian expansion.